Los municipios canarios, así como los cabildos, el Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna han mostrado su predisposición para incentivar la coordinación política y técnica en la prevención de desastres en el Archipiélago, tras el foro celebrado los pasados días 29 y 30 de abril en el Auditorio Insular de Tenerife, organizado por la Federación Canaria de Municipios (FECAM) la Universidad de La Laguna y la Oficina de Reducción de Riesgos de Desastres de Naciones Unidas (UNISDR), con la colaboración del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
El acto, que contó con la participación de Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias; Jerry Velasquez, director de la campaña de Nacionales Unidas, Manuel Ramón Plasencia, presidente de la FECAM, Eduardo Domenech, rector de la Universidad lagunera; Carlos Alonso, y José Manuel Bermúdez, presidente del Cabildo y alcalde de Santa Cruz ante la presencia de una cincuenta de alcaldes de todo el Archipiélago fue testigo del compromiso regional de convertir a Canarias en una región resiliente.
El director de la campaña mundial de Naciones Unidas de Ciudades Resilientes, Jerry Velasquez, se mostró “muy impresionado por el nivel de coordinación política y técnica en la prevención de desastres en las Islas Canarias y fue partícipe de las inquietudes de los alcaldes, quienes expresaron a través de un foro abierto sus opiniones acerca de la gestión de este tipo de amenazas. Velasquez resaltó “una de las principales conclusiones de estas jornadas: la colaboración interinstitucional y que solo se puede ofrecer una actuación rápida y efectiva si todos los recursos están alineados”.
El representante de la ONU; insistió en la importancia de la coordinación local y señaló que ha tenido más de sesenta reuniones como esta en diferentes partes del mundo, pidiendo a los gobiernos locales que no se guarden la información, que la compartan y colaboren entre ellos, al tiempo que indicó que es la primera vez que es testigo de que tantos municipios se unan en un propósito común.
Jerry Velasquez se congratuló “de poder tener un nuevo socio, en referencia a la Universidad de La Laguna y destacó “la enorme labor preventiva desarrollada por Santa Cruz de Tenerife pudiendo concluirse que “cuando vuelva a mi oficina en Ginebra tendrá que decir que Canarias es realmente el primer laboratorio europeo de ciudades resilientes”.
Por su parte, José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, expresó la voluntad nítida de la corporación de hacer frente a las adversidades desde todos los puntos de vista. “Aunque todavía hoy nos cuestionamos los motivos por los cuales hemos tenido que sufrir las consecuencias de fenómenos meteorológicos adversos, lo cierto es que hemos salido fortalecidos”.
Es un hecho innegable que las grandes ciudades son más vulnerables, apuntó el edil. “Esta capital contempla escenarios muy distintos a la hora de afrontar un desastre, lo que ha hecho que estemos más expuestos”. Por eso explicó que desde la riada de 2002, se pusieron a transitar por el camino de la resiliencia casi sin saberlo. “Nuestro territorio nos diferencia y nos condiciona, y por eso hemos aplicado muchas directrices básicas en materia de resiliencia. Hemos logrado evaluar los riesgos del municipio, y de hecho contamos con experiencia en la gestión de emergencias en la última década que ha sido calificada de excelente en los últimos foros”.
El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso destacó que “resulta importante hablar de responsabilidad, coordinación entre administraciones y liderazgo para asumir decisiones e impulsar procesos” y recordó que “desde el Cabildo ponemos mucho énfasis en la prevención; si seguimos teniendo este tipo de foros la coordinación entre instituciones será más efectiva”. Alonso añadió que generalmente olvidamos entre las amenazas más urgentes el propio cambio climático y cómo afecta a las zonas del planeta más devastadas, donde las enfermedades tropicales, por ejemplo, constituyen un serio problema. En ese punto, la corporación insular ha creado una fundación que promueve su control e investiga diariamente, a través de la ULL, para mitigar sus efectos.
En su intervención, el presidente de la FECAM, Manuel Plasencia, mostró el compromiso de esta organización en la mentalización de los vecinos. “Es un trabajo conjunto entre gobierno, municipios y también debe participar el sistema educativo”. Enfatizó la necesidad de planificar las competencias, la descentralización y las responsabilidades. “Lo local tiene un estatus de primera línea y es la primera respuesta a los desastres”, sostuvo, al tiempo que se mostró partidario de conocer la opinión de los vecinos en el planeamiento del territorio, dándole incluso la oportunidad de participar en el proceso. “Si tenemos claro de que los riesgos no son naturales sino que tienen que ver con la situación de vulnerabilidad es necesario crear una efectiva cultura de la resiliencia”, concluyó.
El rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, agregó que le ha propuesto a la oficina de Naciones Unidas que utilice Canarias como laboratorio de ideas sobre ciudades resilientes en un contexto insular. El cambio climático parece que está extremando las condiciones climáticas de la islas, por eso resulta oportuno contar con especialistas en esta materia. La ULL está comprometida con esta corriente de trabajo, y junto a la alcaldía de Güímar, ha creado una cátedra de reducción de riesgos de desastres, cuyos directores son Pedro Dorta y Sebastián Martín, organizadores académicos de este evento.
El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, defendió en el acto de clausura de este foro que todos somos vulnerables, pero la reducción del riesgo es posible y depende de las decisiones que tomemos. “Podemos superar más rápidamente los embates, contamos con planes de acción, fomentamos la corresponsabilidad de los ciudadanos y desarrollamos acciones de formación con las universidades canarias”. Rivero apeló a la necesidad de trabajar desde la perspectiva insular y municipal.
La Campaña
La declaración enumera los diez aspectos básicos que, a juicio de la organización internacional, deben cumplir las ciudades resilientes: establecer una organización y coordinación adecuada entre todos los agentes locales; asignar un presupuesto específicamente destinado a la reducción de riesgos; elaborar evaluaciones periódicas y actualizadas de riesgos; invertir en infraestructuras críticas para la reducción de riesgos y en su mantenimiento; evaluar la seguridad de centros educativos y de salud; aplicar unos reglamentos de construcción y ordenación realistas; fomentar programas educativos sobre riesgos; proteger los ecosistemas locales; instalar sistemas de alerta temprana y gestión de emergencias; y asegurarse de que, en caso de desastre, las necesidades de los supervivientes sean el eje de la reconstrucción.
Tras la firma, los municipios de todas las islas participantes en el foro también firmaron la Declaración Canarias Resiliente, mediante la cual se comprometen, en la medida de sus posibilidades, a poner en marcha los objetivos planteados por la UNISDR.
El personal técnico participante ha llegado también durante estos días a varias conclusiones acerca de cómo fomentar la resiliencia de las urbes canarias, dentro del Foro Universidad y Sociedad sobre esta materia. Una de las conclusiones es la necesidad de establecer redes de ciudades para aumentar la capacidad de respuesta frente a los desastres, promoviendo buenas prácticas a escala nacional. Los expertos consideran además que se debería contemplar las islas como un territorio singular dentro de los marcos institucionales para el desarrollo de la resiliencia. Se hace pues oportuno reforzar el liderazgo local de los gobiernos locales y de la sociedad en este proceso.
Los técnicos apuntan asimismo la pertinencia de introducir en la legislación del sistema educativo la reducción del riesgo como elemento transversal para que la sociedad del futuro sea más resiliente. Asimismo se recomienda seguir impulsando el desarrollo de medidas legislativas que integren esta materia en la planificación territorial.
En este foro también se ha estimado que la reducción de riesgos ha de incluirse dentro de las bases legislativas nacionales y dotarlas presupuestariamente, además de la necesaria normalización de los sistemas de alerta temprana, la evaluación de riesgos y el acceso público a la información sobre el riesgo.
En lo referido a cambio climático, también resulta interesante conocer las amenazas relacionadas con el calentamiento global, al tiempo que se necesita mejorar los indicadores de vulnerabilidad social y económica dentro de las evaluaciones de riesgo. La restauración del paisaje, la recuperación de bosques y la mejora de los sistemas de localización fueron otras propuestas en este ámbito.
Otra idea estuvo relacionada con la mejora de bases de datos para la evaluación, vigilancia y alerta temprana en el ámbito local y nacional. Impulsar los sistemas de información geográfica como herramienta de cartografía dinámica que incluyan el análisis multiriesgo y que además soporten la geolocalización de elementos vulnerables fue otra de las propuestas emanadas de este foro promovido por la ULL, la FECAM y la Oficina de Reducción de Riesgo de Desastres de la ONU.
También se propuso la necesidad de promover una cultura de la autoprotección de las familias, comunidades, instituciones y empresas, así como lograr una interacción más efectiva entre ciencia, política y sociedad civil. Se destacó a su vez la importancia de la comunicación efectiva y eficiente de los riesgos, al tiempo que se hizo hincapié en otro de los ejes de discusión de esta reunión, las alianzas público-privadas para reforzar el papel de la participación del sector privado en la reducción de riesgos. En el foro también se le dio valor al papel del patrimonio, a la planificación de las emergencias y la información.